viernes, 27 de agosto de 2010

Trasfondo Eldar

Los Eldar son criaturas muy distintas de los humanos en todos los aspectos excepto en cierta similitud física. Viven muchísimo más que los estándares humanos, en ocasiones 1.000 años o más. Se mueven con una gracia que hace que los bailarines de ballet parezcan camellos, sus pensamientos viajan a velocidades incomprensibles para los humanos y sus movimientos apenas pueden ser seguidos por el ojo humano. También poseen una conciencia psíquica mucho más desarrollada como ya ha sido mencionado. Con todas estas ventajas para un Eldar prácticamente todo es posible, todos sus caprichos pueden ser conseguidos. Sin embargo, ni siquiera un Eldar puede probar todos los frutos de esta cesta de forma incontrolada sin llegar a ponerse en peligro.



Antes de La Caída, como los Eldar lo llaman, viajaban de planeta en planeta, desarrollando la semilla de la vida en los más inhóspitos lugares y esperando que transformase el planeta en un lugar habitable y próspero en el que asentarse. De esta forma la raza Eldar se extendió por el Universo. Para los Eldar no había nada que pudiese cambiar esto, alterar el curso natural de su evolución, puesto que los bárbaros humanos y los salvajes Orkos no eran amenaza para la avanzada tecnología de su raza. Pero la amenaza que acabaría destruyéndolos no venía de otras razas. Los Eldar habían avanzado hasta un nivel en el que el trabajo físico ya no era necesario, si no que podían lograr hacer de todo sin esfuerzo. Gradualmente fueron buscando más y más formas placenteras de pasar sus largos años de vida, condensando todas las cosas en un torrente de sensaciones tan intensas que los humanos jamás lo entenderíamos. Sin embargo los Eldar tienen un sentido comparable a la moralidad humana, y lentamente fueron cayendo en la depravación. En esos días finales los Eldar se volvieron contra los Eldar, y las calles comenzaron a llenarse de sangre. A medida que los Eldar morían y sus negras almas vagaban libremente por la Disformidad, no volvían al mundo real para que sus dueños continuasen su vida consciente después de la muerte (como siempre había ocurrido en el pasado), si no que comenzaron a agruparse todas en la Disformidad. Poco a poco esta negra masa de almas corrompidas por los placeres y los pecados fueron tomando forma, ya que como he mencionado, en la Disformidad los pensamientos o sentimientos pueden tomar una forma física gracias a la energía bruta que recorre sus mareas. Después de mucho tiempo de decadencia de la raza, esta masa oscura se transformó plenamente en un nuevo Poder del Caos, Slaanesh, Señor del Placer.



El alarido que emitió el nuevo Dios al nacer sacudió al Universo, y no fue sentido sólo por los Eldar. Los psíquicos humanos de toda la galaxia cayeron de rodillas chillando de dolor, y muchos murieron al ser incapaces de soportarlo. Pero fueron los Eldar los que estaban en el centro del desgarrón en la Disformidad. En el corazón de su imperio galáctico la Disformidad se abrió como un gigantesco remolino, absorbiendo todo lo que encontraba en su camino. A medida que el nuevo Dios iba respirando, las almas de prácticamente todos los Eldar eran succionadas de sus cuerpos para alimentar a Slaanesh. Alguno habían previsto este desenlace de los acontecimientos y habían construido enormes Mundos Astronave en los que escapar de su destino. Estos Arcas dejaron sus mundos poco antes de La caída, pero sólo los que estaban en los límites exteriores del Imperio Eldar pudieron sobrevivir. Otros, conocidos como los Exiliados, o Exoditas, habían abandonado sus planetas mucho antes de la Caída para establecerse e iniciar una nueva vida en mundos jóvenes donde las dificultades y el trabajo duro logró calmar sus atormentados espíritus. El desgarrón en la Disformidad creado por el nacimiento de Slaanesh aún existe, y es llamado El Ojo del Terror por los humanos, un lugar donde este Universo y la Disformidad se superponen, donde los mundos cambian bajo la voluntad de sus demoníacos señores, los ríos son de sangre y los cielos de fuego y ceniza.



Aquellos que sobrevivieron se dieron cuenta de que era necesario controlar todas sus emociones, por lo que crearon las Sendas Eldar. Cada Eldar elige un camino que seguir y no se sale de él hasta que ha conseguido dominarlo completamente. Cada Senda ofrece una forma de vida a quien lo sigue y los iniciados son enseñados por ancianos maestros que han llegado a convertirse en verdaderos prisioneros de su propio destino, incapaces de abandonar su estricto modo de vida. Hay muchas Sendas distintas y los Eldar pueden llegar a completar varios a lo largo de sus extensas vidas. Cubren todos los aspectos de sus existencias; la Senda del Guerrero, la Senda Bruja, la Senda del Artesano y el Sendero del Proscrito son ejemplos de estos estilos de vida.

fuente: wikihammer 40k

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